Poesías Infantiles

                                     La mona Jacinta
                                                                            María Elena Walsh

La mona Jacinta
se ha puesto una cinta.

Se peina, se peina,
y quiere ser reina.

¡Ay no te rías
de sus monerías!

Mas la pobre mona
no tiene corona.

Tiene una galera
con hojas de higuera.

Un loro bandido
le vende un vestido,

un manto de pluma
y un collar de espuma.

Al verse en la fuente
dice alegremente:

--¡Qué mona preciosa,
parece una rosa!

Levanta un castillo
de un solo ladrillo:

rodeado de flores
y sapos cantores.

La mona cocina
con leche y harina,

prepara la sopa
y tiende la ropa.

Su marido mono
se sienta en el trono.

Sus hijas monitas
en cuatro sillitas.

¡Ay no te rías
de sus monerías!


                                       La vaca estudiosa
                                                                María Elena Walsh

Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja,
muy vieja, estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: - Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuacala
única sabia fue la vaca.